viernes, 3 de septiembre de 2010

Muñequita de cristal


Es difícil ver como las cosas de la vida cambian, como en un suspiro todo lo que creías existente ya no lo es, como miras a tu alrededor y aquellas cosas que parecían tan reales son tan falsas.

Es difícil poner el limite entre observar algo y sólo mirarlo. Cuando juras creer que observas hasta el más mínimo detalle, pero sólo lo mirabas con paciencia esperando que fuese lo que veías.

Entonces quieres volver el tiempo atrás y saber que hiciste mal. ¿Realmente hiciste algo mal? Comienzan a nacer miles de preguntas, hipótesis e ideas que no tienen respuesta ni solución.

Agobiada de tu vida, buscas una guía, pero ¿Quién puede guiar una alma desolada? El alma de un ángel con las alas rotas que ya no puede volar, agotada de correr y con una lagrima seca en la mejilla.

Pobre criatura caída en las oscuridad, llena de heridas que la medicina no puede curar, harapos destrozados y una vida agotada, para que luchar si no le queda nada.

Te vez tan frágil como una muñequita de cristal, que tan sólo al rose te puedes destrozar, pequeña y devastada sin ganas de seguir, por favor ponte en pie, dulce regalo del señor que de los errores se aprende a vivir mejor.

Miras devastada a tu mundo exterior y nada con sentido encuentras en su interior, ya no te importa si caen los demás, ni si quiera te importa si caes una vez más y sólo si te da el animo recoges tus recuerdos que arrastras contigo como un reo su desconsuelo.

Pequeña y triste sigues sin entender, ¿Qué fue lo que realmente pasó?... Que difícil responder si la culpa cae sobre ti cuando son otros quienes de verdad la merecen vivir...





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